Volvemos a visitar mi calle. Detrás de mi casa se encuentran las casas de protección oficial, en este caso ocupadas por familias de gitanos. Se pelean entre ellos a menudo en plena calle con garrotes, escuchan música a todo volumen o símplemente se traen unas sillas de casa y se sientan para relajarse y hablar sin molestar en absoluto.
Si bien la silla esta en unas condiciones deplorables y el lugar que eligen para sentarse es el más inadecuado que se me ocurre; creo que es una foto incluso bonita. No me gusta el hecho de que aparezca esa motocicleta de fondo en movimiento, pero aún así me gusta.
Cabe aclarar que esta foto se tomó a las 2 de la madrugada, pero que a las 3 la silla ya se había retirado.
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